1- Concepto de corrección y fijación
El español del Siglo de Oro era mucho más seguro que el de la Edad Media aunque fuese
también un idioma en evolución muy activa. El concepto de corrección lingüística era más
amplio que en los períodos posteriores. En los siglos XVI y XVII se produjo una labor de
selección entre sonidos, formas y giros coincidentes, que condujo a una considerable fijación de
la lengua literaria, y, en menor grado, en la lengua hablada también. Mucho influyó en esta
regulación el desarrollo de la imprenta, capaz de reproducir un mismo texto en multitud de
ejemplares sin las anárquicas variantes de la transmisión manuscrita.
En estos siglos comienza a fijarse el sistema actual de fonemas. El modelo toledano de
pronunciación pierde fuerza frente al de Castilla la Vieja, que acaba imponiéndose.
Al léxico español se incorporan galicismos (ocre, corcel, barricada, bayeta, brocha),
italianismos (aguantar, capricho, novela, campeón, escopeta), lusismos (mermelada, caramelo, bandeja, mejillón, carambola), por el contacto que hay con estos países, y también palabras de
las lenguas indígenas americanas (patata, chocolate, tiburón, huracán, Jauja).
2-La Academia
Las academias fueron una institución
importante en los siglos XVI y XVII, no tanto por su duración o los resultados
de las mismas, sino por la congregación de grandes intelectuales y los avances
en algunos casos en materia literaria, ejemplo de esto podría ser la
importancia que llegó a tener la Academia de Madrid, en la que se citaban: Lope
de Vega, Góngora, Quevedo, Tirso de Molina y el mismo Salas. Aunque no haya una
total certeza acerca de los integrantes de cada una de las academias, queda
claro que varios de ellos participaron en más de una. Estas se volvieron un
punto neurálgico áureo, «se convierte en un habitat en el que refugiarse,
complementarse, reconocerse entre iguales», según palabras de Aurora Egido.
Funcionaron, sobre todo como una tertulia, pero también con el afán de lograr
el favor de algún noble que se prestara como mecenas. Para Cañas Murillo
«consistían tales Academias en reuniones de intelectuales que, eventualmente o con cierta periodicidad y regularidad, se desarrollaban en determinadas
casas de algunos nobles que se convertían en mecenas, en protectores, en
patrocinadores de ellas»
En la España de los Siglos de Oro
florecieron numerosas academias literarias, y otras científicas, como la
Academia de Matemáticas de Madrid o Academia Real Matemática (1582) y la Real
Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla (1693) y artísticas, como la
Academia de San Lucas (1603-1626). En 1609 Lope de Vega leyó ante una
denominada Academia de Madrid (uno más de entre los muchos círculos literarios
existentes) su Arte nuevo de hacer comedias. Hasta tal punto la fundación de
academias llegó a difundirse, que Miguel de Cervantes se burla de ello con los
ficticios académicos de Argamasilla que aparecen al final de El Quijote.
A partir de la actividad de la
academia francesa en Roma (1666) se terminó por asociar el concepto del
academicismo a una determinada concepción del arte y de la estética: la
identificación de la belleza con la mimesis (imitación de la naturaleza), y la
concepción del aprendizaje del oficio del artista en un entorno
"académico", es decir, en una institución sujeta a un programa formal
con asignaturas y profesores (frente al aprendizaje gremial en los talleres
tradicionales), basado en la reproducción de los modelos clásicos y la sujeción
a las reglas del arte. El academicismo se expresó en los estilos artísticos
denominados clasicismo (siglo XVII) y neoclasicismo (siglos XVIII y XIX), en
contraposición con estilos coetáneos (el barroco y el romanticismo).
3-Reajuste de la ortografía; criterio etimológico y fonético
La Ortografía es el conjunto de normas que regulan la escritura de una lengua. Como en otros muchos idiomas, la escritura española representa la lengua hablada por medio de letras y de otros signos gráficos. En su intención original, el abecedario o serie ordenada de las letras de un idioma constituye la representación gráfica de sus fonemas usuales, es decir, de los sonidos que de modo consciente y diferenciador emplean los hablantes. Una ortografía ideal debería tener una letra, y solo una, para cada fonema, y viceversa. Pero tal correspondencia, por motivos históricos y de diversa índole, no se produce en casi ninguna lengua, aunque el español es de las que más se aproximan a ese ideal teórico.
Como las demás lenguas románticas, el español se sirvió básicamente desde sus orígenes del alfabeto latino, que fue adaptado y completado a lo largo de los siglos, el abecedario español fijado, en 1803, en veintinueve letras, cada una de las cuales puede adoptar la figura y tamaño de mayúscula o minúscula.
He aquí sus formas y nombres:
4-Tecnicismo y extranjerismo
Se denomina tecnicismo a todas aquellas palabras que tienen un significado específico y son empleadas como parte de los lenguajes o jergas de las diversas ramas de las ciencias, humanidades, así como, en diversas áreas del desarrollo humano.
Por ejemplo, en medicina la palabra “cirugía” define un tipo de intervención a través de la cual se busca curar una enfermedad o aliviar un dolor.
Los tecnicismos se acostumbran a usar en numerosas áreas profesionales u oficios, poseen un significado particular y, generalmente, carecen de sinónimo, en especial en las áreas de ciencias y tecnología. Los tecnicismos designan y definen un método, objeto, concepto, actividad u oficio.
Estas palabras se caracterizan por tener un significado denotativo, es decir, describen una realidad. Evitan la ambigüedad y no precisan de un contexto para reconocer su significado. Los tecnicismos acostumbran a ser empelados en los textos de investigación, tesis, artículos, entre otros, a fin de divulgar información. En caso de no conocer el significado de un tecnicismo, lo aconsejable es consultar un diccionario especialista.
Los tecnicismos generalmente son usados por aquellas personas que tienen conocimientos en un área profesional u oficio específico y, en consecuencia, muchas personas que desconocen de un área en especial es posible que no comprendan con exactitud a qué se refieren dichas palabras.
Por ejemplo, si un chef le explica a un músico las técnicas de cocina que emplea para elaborar una receta, es posible que éste no le entienda y, viceversa, si el músico le habla al chef sobre cuáles son las notas y ritmos que emplea en sus composiciones musicales.
Mientras que los extranjerismos son aquellas
palabras de idiomas extranjeros que se introducen en el propio, sin ser traducido,
y se lo usa de igual forma que cualquier palabra nativa. Muchas veces sucede
que la pronunciación no se respeta del todo, sino que se deforma un poco.
Por
ejemplo: clic, OK, jeep.
En otros casos,
en cambio, no solo se deforma la pronunciación, sino también, la forma en que
se los escribe. Por ejemplo, la palabra máster, que en español se
le agrega la tilde, aplicándole las reglas de acentuación local.
Los
extranjerismos generalmente surgen porque no existe ninguna palabra en el
idioma local que tenga ese significado, como ocurre por ejemplo en informática
con palabras como software o hardware.
En otros casos,
en cambio, tiene que ver con una cuestión cultural o de marketing.
Por ejemplo, es muy común ver en tiendas de ropa que ponen carteles con
palabras como sale y off, para señalar que
tienen ofertas. Esto lo hacen cuando aún en castellano existen palabras como
“descuento” o “rebajas”, que tienen el mismo significado.
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